- Aunque no todos los niños desarrollan sus habilidades al mismo tiempo, existen unos períodos característicos de edad en los que se adquieren algunas de ellas. Para que sirva de orientación respecto a esos períodos, por ejemplo, el niño debe ser capaz de mantener levantada la cabeza por sí solo a las 6 semanas de vida, sonreír sobre los 2 meses, mantenerse sentado sin apoyos antes de los 9 meses, etc. (Revisar entrada anterior: ¿Cómo es el desarrollo del lenguaje?)
- Además, aunque se dice que no es bueno comparar a los hijos; en muchas ocasiones es de esta manera cómo los padres se dan cuenta que algo está pasando, ya que es posible que hayan observado algún comportamiento extraño en su hijo si éste tiene hermanos mayores han podido comparar que la adquisición de habilidades no está siendo igual que lo fue con sus hermanos, ni hace las mismas cosas que otros niños de su edad. Por ejemplo, es más tranquilo o pasivo que los otros niños, no pronuncia ninguna palabra, apenas balbucea ni utiliza gestos para comunicarse, no responde a su nombre, apenas sonríe o expresa placer cuando intentan compartir actividades con él, parece indiferente a lo que le rodea, etc. Puede que lo hayan comentado con otras personas (familiares, amigos, profesionales) o simplemente que estuvieran esperando a ver si se solucionaba a medida que el niño o la niña fuera creciendo.
- También pudiera ser que no sospecharan la existencia de ningún problema y, en una revisión rutinaria, su pediatra le haya comunicado que parece que algo no va bien en el desarrollo de su hijo. En el caso de que ustedes no hayan sospechado nada anteriormente y se lo hayan comentado en una de las visitas al Centro de Salud, deben confiar en el proceder de los profesionales, ya que, en cualquier caso, lo que se pretende es averiguar si hay algo diferente en el desarrollo de su hijo o hija, qué es lo que ocurre, y qué actuaciones se pueden poner en marcha cuanto antes.
- Si su hijo acude a una guardería o a un jardín infantil también podrían hablar con los educadores del niño para intercambiar con ellos sus preocupaciones. Éstos también pueden proporcionarles alguna señal específica que hayan podido observar en el comportamiento del niño, que puede orientar sus sospechas.
- El hecho de que haya alguna señal de alerta no significa necesariamente que su hijo tenga un problema del desarrollo; sin embargo, indica la necesidad de una evaluación más exhaustiva. Por ello, no duden comentar con su pediatra cualquier preocupación al respecto, quien podrá indicar la realización de determinadas pruebas, o la derivación a especialistas (fonoaudiólogo, neurólogo, otorrino, etc) con el fin de identificar las posibles causas que podrían explicar la existencia de estas señales; entre otras, problemas auditivos, o retrasos en el desarrollo del lenguaje.
- Lo más importante que deben tener en cuenta es que el objetivo principal es descartar si existe o no un problema, y tener un diagnóstico preciso lo antes posible, para poder programar la intervención que mejor se ajuste a los recursos y características de su hijo y a la familia. ( Extracción del boletín: Información para padres ante la sospecha de un problema del desarrollo social y comunicativo. Agencia Laín Entralgo. Unidad de Evaluación de Tecnologías Sanitarias Gran Vía, 27. 28013, Madrid. España-Spain)
Los
padres son los protagonistas en la detección de trastornos de lenguaje en
niños, ya que son los que más pueden percatarse de ciertos aspectos del
desarrollo de sus hijos a medida que pase el tiempo. Esto es importante ya que
este tipo de trastornos pueden ser tratados con terapia fonoaudiológica pero incide cuán temprano se los detecta,
pues un trastorno muy afianzado en el niño será más dificultoso de corregir.
En cualquier caso, la
consulta con un profesional no estará de más, sobre todo para descartar otros
cuadros que pueden incidir en el desarrollo del lenguaje como pérdida auditiva,
autismo o un desorden de procesamiento sensorial.
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